En Defensa de Almolonga

19.02.2018

Por Ioulia M Chuvileva

¿Esta comida es segura para consumir? Esa es una pregunta que preocupa a muchos guatemaltecos. Es una pregunta que lleva a los consumidores a pensar en varias estrategias para tratar de minimizar las posibilidades de contaminación. Uno de estos, al menos en Quetzaltenango y sus alrededores, es evitar productos cosechados en el municipio de Almolonga.

Durante los trece meses de mi investigación sobre alimentacion en Guatemala, Almolonga, un pequeño pueblo agrícola a 5 km fuera de Xela, fue mencionado más que cualquier otro lugar. "Las verduras de Almolonga están muy contaminadas", decía la gente una y otra vez. "Los agricultores usan demasiados químicos y el agua está sucia".

Como resultado, cuando compran productos frescos en los mercados de La Terminal, La Democracia y del Mercado Las Flores, algunos compradores evitan vendedores que visten con el traje típico de Almolonga: una cinta alrededor de la cabeza y el clásico patrón de zigzag en el huipil. En cambio, los clientes buscan a vendedoras de Llanos del Pinal, especialmente mujeres que venden solo pequeñas cantidades a la vez. Los clientes razonan que estas mujeres probablemente están cultivando los productos ellas mismas y sin químicos  porque su pobreza les impide comprar y aplicar abonos y plaguicidas sintéticos a sus parcelas.

Para corroborar esta información, visité Almolonga en varias ocasiones, observando prácticas agrícolas y hablando con productores, trabajadores de la costa y compradores intermediarios. Fue posible establecer que lo que la gente de Xela y sus alrededores dicen es cierto. Existen prácticas de aplicación de pesticidas inseguras (puede leer más sobre esto aquí),  y muchas hortalizas que salen de o pasan por Almolonga se lavan en un río que probablemente esté altamente contaminado. Pero, no es todo químico. Los agricultores también usan métodos naturales, como preparar su tierra con broza y enriquecerla con gallinaza y estiércol. La agricultura en el valle es mixta.

Pero, Almolonga es solo una parte del rompecabezas. Para ver si las cosas eran mejores en otros lugares, también visité e investigué a Zunil, Cantel y Llanos del Pinal. Si bien esas ciudades varían en su acceso al agua, las prácticas agrícolas son similares a Almolonga. Un estudio de USAC de 100 agricultores en Zunil descubrió que la mayoría carece de los conocimientos suficientes para aplicar agroquímicos de una manera que los mantenga seguros a ellos y a los consumidores finales. En Llanos del Pinal, los paquetes de agroquímicos vacíos fueron descartados tanto en los bordes de los campos. En Cantel, en un día de mucho viento, cuando no es seguro rociar, vi a granjeros rociando sus campos mientras una familia de tres generaciones almorzaba en una parcela de 30 metros de distancia.

Estos viajes hicieron que Almolonga parezca menos especial. Los otros pueblos cercanas fueron similares en lo que respecta al uso agrícola de agroquímicos, incluso si era posible que sus fuentes de agua estuvieran menos contaminadas.

Imagen 2: Otra estrategia del consumidor para tratar de evitar los productos de Almolonga es buscar verduras más pequeños. Pero en la foto de arriba, las zanahorias grandes de la izquierda vinieron de La Esperanza y las pequeñas a la derecha de Almolonga.

Pero, esto no fue suficiente para sacar conclusiones firmes. Tal vez los agricultores que vi y con quien hable en los pueblos no vendieron sus productos en los mercados de Quetzaltenango. Después de todo, eran agricultores comerciales que generalmente venden sus cosechas de una vez a los intermediarios. Todavía era posible que las mujeres de los mercados vendieran hortalizas que cultivaban en sus huertos familiares. Entonces, hablé con ellas en mis siguientes entrevistas realizadas.

En septiembre de 2017, encuesté a 75 vendedores en el Mercado la Terminal. Solo había 14 vendedores de Almolonga, que vendían entre 2 y 13 productos diferentes cada uno. Ninguno de ellos cultivaba el producto ellos mismos. Solo una persona compró productos en el mercado de Almolonga para revenderlos en Quetzaltenango. Los otros 13 almolongueños compraron hortalizas en la capital o en el mayoreo en la Terminal y las revendieron. En otras palabras, ninguno de los vendedores de mercado de Almolonga eran agricultores. Todos eran comerciantes.

¿Qué hay de los productos de Llanos del Pinal? El día de la encuesta de La Terminal, 13 mujeres de Llanos del Pinal vendieron entre 1 y 8 productos cada una: 2 mujeres vendieron vegetales que compraron en el mayoreo, pero 11 cultivaron al menos algunos de los productos que vendían. De esos 11, 10 dijeron que usaron abonos y plaguicidas químicos en sus cultivos y 1 dijo que usaba "solo un poco". Cuando les pregunté si podían producir sin los químicos, las mujeres dijeron que era imposible, que "la tierra no da sin veneno." Si bien las mujeres de Llanos del Pinal eran mucho más propensas a ser las productoras de los productos que venden, ninguna de ellas informó hacerlo sin la ayuda de agroquímicos.

Algunos consumidores evitan el mercado La Terminal. Compran en cambio en el Mercado Las Flores porque están seguros de que las mujeres de Llanos del Pinal en ese mercado todas producen sin químicos. Como paso final, hablé con 15 vendedores de productos frescos en el Mercado Las Flores. 11 de ellas eran de Llanos del Pinal y cada una vendió entre 1 y 8 productos diferentes. Solo 5 de las mujeres cultivaron al menos parte del producto que vendieron. Mientras 2 de estas mujeres agricultoras usaban productos químicos, las otras 3 afirmaron que solo usaban abonos y plaguicidas criollas. En total, en los dos mercados, solo 3 de 16 agricultoras de Llanos del Pinal dijeron que no usaron agroquímicos cuando cultivaban sus productos.

Entonces, esto nos lleva de vuelta a Almolonga. Estoy en defensa de Almolonga porque es considerado injustamente como un lugar de prácticas agrícolas excepcionalmente malas y una alta contaminación agroquímica de hortalizas. Entonces, la gente evita los productos y vendedores de este valle. Pero no es seguro que los agricultores en Almolonga usan más químicos que los productores en los pueblos cercanos, y muchos mezclan métodos naturales y químicos. Y, en cualquier caso, los almolongueños que venden en los mercados de Xela son comerciantes, no agricultores.

Por otro lado, los consumidores buscan productoras de Llanos del Pinal, pero más del 80% de ellas utilizan abonos y plaguicidas químicos porque "la tierra no da." Favorizando las agricultoras de Llanos de Pinal no es garantía de alimentos más seguros. Discriminando contra almolongueños tampoco es ninguna garantía.

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